Algunos sectores industriales realizan su actividad en zonas donde la probabilidad de producirse una explosión puede llegar a ser muy alta, estas zonas son denominadas atmósferas explosivas.
Una atmósfera explosiva se genera cuando el ambiente se encuentra enriquecido con gran cantidad de partículas de una sustancia inflamable. Al estar todas ellas en contacto con el oxígeno del aire, pueden causar una explosión al entrar en contacto con una fuente de calor. Esto no pasaría si en lugar de estar dichas partículas en suspensión en el aire estuvieran depositadas sobre una superficie y sólo las partículas de la capa superior estuvieran en contacto con el oxígeno del aire.
En ocasiones la atmósfera explosiva puede ser intrínseca al lugar donde se está realizando la actividad, pero en otros casos, es la propia actividad la que puede generar una atmósfera explosiva.
Un ejemplo de emplazamiento con atmósfera explosiva podría ser una mina. Al trabajar manipulando las rocas, algunas de ellas pueden liberar gases inflamables como el metano, conocido como grisú, que son peligrosos si no se tienen en cuenta.