Para el correcto funcionamiento del sello mecánico es indispensable garantizar una lubricación y refrigeración adecuadas. En algunas aplicaciones se consigue gracias al uso de un fluido secundario ya que el fluido primario, no tiene las propiedades necesarias para ello.
La aportación de este fluido adicional, implica la instalación de un circuito secundario que puede ser abierto o cerrado, presurizado o sin presurizar. En el caso de optar por un circuito abierto, la complejidad y costes de instalación del mismo son muy reducidos, pero el consumo de fluido (normalmente agua de red) puede llegar a ser un problema, sobre todo con la sensibilidad actual acerca de la necesidad de ahorro de agua.
Una alternativa, es la instalación de un circuito cerrado. Esto evita que el fluido secundario se malgaste y además permite utilizar otro tipo de fluidos con mejores propiedades lubricantes como aceites térmicos, glicoles y disolventes.
Para estos casos, Lidering dispone de varias soluciones con una completa gama de elementos auxiliares en función de las características de la aplicación:
- LQ. Se trata de un depósito de Acero Inoxidable de 2 litros de capacidad que se utiliza para la instalación de un circuito Quench o de refrigeración. Este tipo de sistema se utiliza principalmente para proveer de refrigeración al sello mecánico y evitar la vaporización del fluido principal a la atmósfera. También es una buena solución para evitar el trabajo en seco durante el arranque del sistema (purga). En este tipo de circuitos el fluido secundario no está presurizado. Está relacionado con los planes API 51, 52 y 62
- LST8. Es la solución básica para la instalación de circuitos secundarios presurizados, también conocidos como fluido barrera. Este tipo de instalaciones se utiliza para refrigerar pero también para lubricar las caras de roce de los sellos mecánicos cuando el fluido principal no tiene las propiedades lubricantes necesarias para ello. Se consigue presurizando el fluido secundario a 1,5 bar por encima del primario. Este depósito, tiene una capacidad de 8 litros y una presión máxima de funcionamiento de 16 bar. Además dispone de un serpentín interno por el que se puede hacer circular un tercer fluido de refrigeración para aumentar así la capacidad de disipación térmica del sistema. Está relacionado con los planes API 52, 53A, 53B, 53C y 54.
- LST9. Se trata de un depósito de altas prestaciones con una presión máxima de trabajo de 30 bar y una capacidad de 9 litros. Está destinado a aplicaciones de alta exigencia comunes en la industria química y farmacéutica. Es frecuente encontrarlos montados en los reactores y agitadores para asegurar la correcta lubricación y refrigeración de los complejos sellos mecánicos que suelen montar este tipo de sistemas. Igual que su hermano pequeño (LST8), este depósito incluye una mirilla para poder comprobar rápidamente el nivel y estado del fluido del depósito, un serpentín interior para conseguir una mayor capacidad de refrigeración y diversas conexiones para la instalación de diferentes instrumentos de control como manómetros, termómetros, sensores de nivel electrónicos e incluso una bomba de presurización manual.
Por último, hay que destacar, que todos nuestros depósitos tienen la posibilidad de ser certificados ATEX para las Zonas 1 y 2.